domingo, 7 de noviembre de 2010

¿ES A PRISCILIANO EL QUE LE LLAMAN SANTIAGO APÓSTOL?



Los españoles no quieren ser guiados
por los que tienen ojos pero no ven
                                

Este personaje, nació hacia el año 349 en Iria Flavia, en el mismo corazón de Galicia.

Se dice que Prisciliano fundó en Burdeos, junto con Elpidio una comunidad de pensadores, vestían túnicas blancas y se dedicaban, entre otras muchas labores, a la recolección de piedras sagradas (abraxas) en antiguas cuevas prehistóricas de Aquitania. Amantes de la noche, trabajaban a la luz de la luna para incrementar la luminaria del fuego, tal como hacían los antiguos celtas que adoraban el plenilunio.

Expulsados de Aquitania por acusaciones de brujería, Prisciliano condujo a sus seguidores a la céltica Galicia, la cuna del paganismo, pero ni en su mágica tierra se vio libre de sus enemigos y fue acusado junto a Prócula de escándalo amoroso. Muchos historiadores sostienen que Prócula fue la inspiradora de la elección de la concha de vieira como símbolo del peregrinaje jacobeo.

Todos a misa como en los viejos tiempos
Jamás se rindió Prisciliano a las falsas acusaciones de sus enemigos, llegó a ser obispo de Ávila, predicó la pobreza como virtud y los evangelios apócrifos, ampliando con el paso del tiempo el número de sus seguidores que reclutaba entre las elites culturales y de poder. [Los evangelios apócrifos no fueron reconocidos como canónicos por contradecirse con los demás evangelios].

Fue tan grande su influencia que fue perseguido por las más altas instancias de la iglesia hasta que lograron su condena a muerte tras sufrir grandes torturas acusado de maniqueo, hermetista y llegando a decirse de él que era la reencarnación de un brujo druida de la prehistoria gallega. La cabeza de Prisciliano rodó en Tréveris en la primavera del año 385.

Con Prisciliano muere su historia y nace su mito. Cuatro años más tarde un grupo de seguidores gallegos llega a la ciudad alemana de Tréveris a reclamar el cuerpo de Prisciliano y sus discípulos para transportarlos a su hermética tierra de druidas y darle cristiana sepultura. Con él muere la leyenda herética y nace la secreta historia de Prisciliano y sus discípulos.

El cuerpo es llevado a hombros a lo largo de la Galia y la Hispania, recorriendo "casualmente" un itinerario que con el paso de los siglos se convertiría en la ruta jacobea, el hoy popular Camino de Santiago. Prisciliano fue inhumado en su tierra natal, Iria Flavia. Muy posiblemente sus restos mortales pasarían siglos después a la cripta de la catedral de Compostela bajo el velo protector de la leyenda de Santiago Apóstol.

Casi nada se puede afirmar del silente trabajo de sus seguidores, si fueron ellos quienes trazaron la ruta jacobea o esta ya era un itinerario druida anterior, si los restos que hoy se atribuyen a Santiago Apóstol son los de Prisciliano, si los Cátaros, Masarríes o los Templarios que surgieron años después eran seguidores de este gnóstico. Sea como fuere, Prisciliano creó una Escuela Gnóstica de gran influencia en los años posteriores, escuela que proclamaba la liberación a través del conocimiento, en contraposición a la salvación a través de la fe.

Lo cierto es que en toda la ruta jacobea existen lugares que antes de ser asimilados por el catolicismo, fueron lugares de poder de los ritos anteriores. Así, en la zona de Laguardia en Rioja, hay monumentos megalíticos en forma de dólmenes y San Millán de la Cogolla tiene una gran tradición de eremitas. También los templarios dejaron muchas edificaciones que marcaban el camino, como la enigmática iglesia de Eunate, cerca de Pamplona o la Iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río.

Analizando esta versión hay cosas que no coinciden ya que si era como se dice en esta historia no es normal que llegara a ser obispo de Ávila excepto que hicieran a los brujos obispos. Por otra parte los brujos no tenían grandes problemas con la Iglesia Católica ya que no eran un peligro para su negocio mercantil.

Otras versiones sobre Presciliano tratan de cuestionar la leyenda negra que se ha cernido históricamente sobre Prisciliano, obispo de Ávila, ajusticiado inicuamente en Tréveris (Alemania). Como decían los versos de León Felipe, su presunta historia -la que cuentan los concilios y recogen la mayoría de las historias de la Iglesia-, está “repleta de mentiras”; mientras su memoria mítica de mártir, las presuntas fábulas que también corrían sobre él, está “llena de verdades”, y así lo reconocen ahora los historiadores y teólogos, desde el descubrimiento de sus escritos en una biblioteca de Baviera a finales del siglo XIX.

Poco a poco, el “hereje” Prisciliano fue siendo rehabilitado; aunque tarde en llegarle su hora en la oficialidad, como ya ocurrió con Galileo y otros. Ya el propio Prisciliano había negado las falsas acusaciones en su “Liber Apologeticus” dirigido al papa Dámaso; allí niega vehementemente las acusaciones de idolatría y prácticas mágicas, relativas a conjuros e imprecaciones al sol y la luna, condenando una larga serie de herejías, especialmente el maniqueísmo, la acusación más grave de que fue objeto. La presunta herejía de la doctrina priscilianista fue perdiendo su fundamento con la difusión de “Tratados“, encontrado por el investigador G. Schepss en Baviera, a finales del siglo XIX. El teólogo protestante F. Paret, publica una obra poco después del descubrimiento de estos manuscritos, donde califica a Prisciliano como justo reformador desde el mismo título: “Prisciliano. Un reformador del siglo IV“, presentándolo como digno predecesor de Martín Lutero. El obispo católico suizo E. Herzog insiste en la misma tesis exculpatoria; para él, el mantenimiento de la tradición heresiológica contra Prisciliano es el resultado de una cerril resistencia de la Iglesia a justificar teológicamente los procesos contra presuntos herejes del pasado.

A comienzos del siglo XX, el teólogo francés E.Ch. Babut, en “Priscillien et le priscilianisme“, defiende a Prisciliano como un hombre bueno, inocente de los cargos y herejías de los que fue acusado por un sector del episcopado hispano que veía peligrar su influencia. Babut habla del “ardor de su piedad, la vivacidad espontánea de su amor por Dios Cristo”. En fin, décadas después, el teólogo holandés A. B. J. M. Goosen escribe su magna obra “Las bases del ascetismo cristiano de Prisciliano” (”Achtergronden van Priscillianus christelijke Ascese“); piensa que fue “muy injustamente tratado este hombre cuyo cuerpo está enterrado en alguna parte del jardín de Galicia… -como dijo en una conferencia en Galicia- fue un hombre con el corazón lleno de amor ardiente por su Cristo-Dios y por la Iglesia, que vivía del Espíritu Santo de Cristo… un hombre atrayente, retórico y asceta, humilde y puro de corazón”.

Pero, a pesar de tantos argumentos a favor, aun debemos esperar la rehabilitación oficial de Prisciliano, el mártir de Tréveris, por parte de la jerarquía eclesiástica. Desgraciadamente, hoy como ayer, esta jerarquía sigue condenando cualquier disidencia y dando señales de intolerancia. No en vano, Prisciliano, además de ser un gran teólogo injustamente acusado de hereje, fue un asceta, impulsor del primer movimiento monástico en la Hispania; pero no con un “ascetismo conformista”, sino rebelde; como han estudiado W. Schatz, Goosen, Justo Pérez de Urbel, J. Mª Blázquez, etc. Y fue también un profeta iniciador de un movimiento social por una iglesia y una sociedad más justa e igualitaria, como han estudiado Abilio Barbero y Marcelo Vigil; un “profeta contra el poder” clerical, como lo define Xosé Chao Rego. Como dijo Luis Racionero “Prisciliano cuestionó muchas cosas y le tocó perder“. Como al profeta de Nazaret, aunque la historia le vaya haciendo justicia.

Esta versión está mejor documentada, ya que posiblemente Prisciliano ha sido uno de los primeros protestantes, (protestantes se les llamaba a los que discrepaban o se oponían a los dogmas antibíblicos de la Iglesia Católica), estos si eran vistos como un peligro para los negocios de esta iglesia, simplemente por este hecho eran ejecutados. Normalmente los primeros protestantes fueros obispos, frailes, curas y personas relacionadas que denunciaban la corrupción de la Iglesia Católica, la opresión a la que tenían sometidos a los ciudadanos y la contradicción con que actuaban respecto a las Sagradas Escrituras Cristianas y de los Profetas. Posiblemente las versiones negativas que se han dicho sobre Prisciliano a sido con el fin de borrar su historia y el ponerle el nombre de un apóstol ha sido por el motivo de borrar su nombre y aprovecharse del futuro negocio que se podía hacer simulando que eran los restos del cuerpo del apóstol Santiago.

Otra versión que hay es que el apóstol Santiago apareció en un caballo blanco ayudando a los cristianos en la guerra contra los moros el cual les ayudó a ganar la guerra y que su cuerpo posteriormente fue enterrado en la catedral de Santiago de Compostela. Motivado por esta historia, muchos le llamaban Santiago Matamoros. Esta versión es la más descabellada lo cual muchos lo creían en los tiempos de ignorancia, pero desde que se instaló la democracia ya nadie la cree.


Lo que sí podemos estar seguros es que los restos del apóstol Santiago no son los que están enterrados, ya que el apóstol fue decapitado al principio por orden del rey Herodes, lo cual nunca llegó a estar en España. El único apóstol que visitó España fue Pablo, pero no murió en este país ya que fue crucificado en Roma.

Santiago al ser decapitado por Herodes no tuvo tiempo para predicar a las naciones.

Hubo otro discípulo de Cristo llamado Santiago el cual también era su hermano, éste fue el que escribió la llamada (Carta de Santiago) que se encuentra en las Escrituras Griegas de la Biblia, llamado también el Nuevo Testamento. En estas escrituras se puede comprobar que Cristo tuvo hermanas y varios hermanos y que dos de ellos Santiago y Judas escribieron en la Biblia y que el apóstol Santiago fue decapitado por orden de Herodes.

Lo que sí esta comprobado es que el que esta enterrado en la catedral de Santiago sea quien sea, no es el apóstol.

Por otra parte, se esta gastando el dinero de todos los españoles en una falsa creencia, en todo caso España tiene que acatar la Constitución y convertirse en un país laico donde ninguna organización religiosa tenga privilegios sobre las otras por parte del Estado y que cada una se autofinancie por sí misma. Lo que sí debe de garantizar el Estado es que todas respeten los derechos humanos y la Constitución. Respetando estos principios el camino Jacobeo debe ser considerado una ruta senderista si se hacen en él inversiones públicas, pero no por ser un camino religioso en beneficio de una organización religiosa, por mucho que lo diga el Presidente del Estado del Vaticano, único estado europeo que no existe libertad de religión ni sufragios electorales universales. Si el camino jacobeo se considera un camino religioso que sea el Estado del Vaticano quien pague los gastos y no el Estado Español para promocionar una organización religiosa.

FUNDAMENTOS DE BASE

En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano de algunos de la iglesia para matarles. Y mató a espada a Santiago hermano de Juan (Hechos de los Apóstoles 12:1, 2). Este Santiago que fue apóstol de Cristo que también significa Jacobo, era hermano del apóstol Juan, los dos eran hijos de Zebedeo (Mateo 4:21). (Esto demuestra que el propio apóstol Santiago murió antes que el rey Herodes).

Judas que se identifica como hermano de Cristo se identifica en su carta también como hermano de Santiago refiriéndose al que escribió la epístola que lleva su nombre (Judas Versículo 1).

Nombres de la madre y de todos los hermanos de Jesús: María, Santiago, José, Simón y Judas (Mateo 13:55, 56). También tenía hermanas (Marcos 6:3).

El apóstol Juan distingue los discípulos de la madre y sus hermanos (Juan 2:12).

Aunque sus hermanos llegaron a ser sus discípulos, al principio ni su madre ni sus hermanos creían en él (Juan 7:3- 5; Mateo 12:46- 50; Lucas 19- 21).

Hay suficientes fundamentos que comprueban que el apóstol Santiago ni ha sido enterrado en España ni se sabe donde ha sido enterrado, aunque se supone que ha sido en Israel, pero no se sabe donde.